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¿ES UN CRIMEN SER CONSERVADOR?

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Los Diez Principios Conservadores según Russell Kirk

Alberto Mansueti

Algunos “libertarios” usan la palabra “conservador” como un insulto para los liberales clásicos. Me gustaría que Ud. lea y sepa cuáles son los principios del conservatismo, y se haga su propia opinión.

Hay varias versiones de Los Diez Principios Conservadores de Russell Kirk; esta es la mía, que acompaño con una mención de los principios opuestos en cada caso, para su mejor comprensión:

1. El principio moral. Un orden moral basado en el respeto a las verdades permanentes, capaz de asegurar armonía a la convivencia social. El relativismo, en cualquiera de sus formas, es el principal enemigo de este principio. Y la religión es su amiga, en particular la tradición judeo-cristiana.

2. El principio convencional. El orden moral es fruto de convenciones muy antiguas, producto de la experiencia acumulada del pasado, a veces remoto. Y es guardado a través de tradiciones heredadas. La conservación de ese orden moral a través de sucesivas generaciones, es la “tradición”, algo que los padres “entregan” (tradere) a los hijos, y éstos la reciben por herencia. Este orden no se opone al progreso, al contrario: el adelanto de la sociedad exige la continuidad de ese orden, y por ello su preservación. Contra este principio se alzan el anti-tradicionalismo, y la idealización de una supuesta “naturaleza” que se cree antitética a cualquier “mera convención”.

3. El principio normativo o de prescripción, es decir, de las reglas consagradas por el uso inmemorial, aún cuando la mente de algún individuo o grupo “iluminado” pueda discurrir en sentido contrario en algún momento. Su enemigo principal es el espíritu anti-nomiano o contrario a las normas, basado en un racionalismo mal entendido: la ingenua creencia en una infalible potencia superior de la razón individual para cuestionar y negar reglas consuetudinarias (consagradas por costumbres), algunas muy antiguas, que han resistido el paso del tiempo porque han probado ser exitosas, en términos de logros culturales y civilizatorios.

4. El principio de prudencia, que previene contra las innovaciones radicales que aparentemente proporcionan beneficios inmediatos, pero cuyas consecuencias a largo plazo pueden ser destructivas, como el “Estado de Bienestar”. Su enemiga la imprudencia busca suprimir todas las “cadenas que nos atan al pasado”, y nos lanza por un camino de novedades e innovaciones poco meditadas, que se hace interminable porque casi todas fracasan, y entonces se proponen y aceptan masivamente como “remedios” otras invenciones, por lo general similares o peores.

5. El principio de variedad o diversidad, pluralismo bien entendido, que previene contra el igualitarismo, su antítesis.

6. El principio anti-utópico de la imperfección humana, que las religiones monoteístas llaman “pecado”, y que previene contra todo intento de traer un paraíso a la tierra mediante un “sistema perfecto”. La utopía, de cualquier clase, es antitética a este principio.

7. La libertad, y la inseparable propiedad privada como única garantía efectiva contra los abusos del poder. Contra lo que afirma el principio comunista, que es la antítesis de este principio conservador, la supresión de la propiedad privada aniquila a la libertad por completo. Y los comunistas lo saben muy bien, y por ello han destruido por completo o herido severamente los derechos de propiedad de la gente, como paso previo a su sojuzgamiento y encadenamiento.

8. El principio de “comunidad”, que es lo opuesto al socialismo. Afirma que los individuos convivimos en comunidades naturales o voluntarias de carácter privado, como familias, empresas, escuelas, iglesias, municipios, clubes, partidos, etc., anteriores y superiores a “la sociedad” en general, y por supuesto al estado.

9. En concordancia con el principio normativo o de prescripción, se requiere un gobierno que aplique ciertas reglas, imponiendo restricciones a las pasiones humanas. Es decir: principio de autoridad, y de disciplina. Pero esto no implica que el gobierno sea la única fuente de disciplina: las comunidades naturales o voluntarias aludidas en el principio anterior, deben tener autoridad y poder disciplinario, equilibrando al estado. Y a su vez, los gobiernos deben ser limitados por un equilibrio de poderes múltiples y diversos, democráticos, aristocráticos y de liderazgo, que nos preserven de cualquier clase de despotismo, sea de la mayoría, de una oligarquía, o de un dictador. Los gemelos malvados de la anarquía y el totalitarismo son ambos enemigos de este principio de autoridad.

10. El principio de cambio gradual, incremental y progresivo, que permite adoptar y adaptar innovaciones y mudanzas ventajosas, de una manera inteligente y creativa, en el contexto de una continuidad en los principios fundamentales, ya experimentados y comprobados. Así las instituciones sociales crecen y se desarrollan con salud y vigor, a salvo de la decadencia por petrificación, y de las revoluciones en serie, enemigas ambas de este principio.

Me pregunto: ¿es un crimen ser conservador?

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