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SIETE LECCIONES DEL SIETE DE OCTUBREe

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Alberto Mansueti

La derrota del pasado 7 de Octubre en Venezuela tiene un gran responsable: la oposición, tanto la dirigencia como las bases, que siguen tan ciegamente a sus caudillos como los chavistas al suyo.

Hubo seis factores: socialismo, unitarismo, bipolarismo, mayoritismo, triunfalismo y estupidismo. Hay seis lecciones claves para aprender. También hay un último factor adicional, el más importante; y una última lección, la más instructiva.

1. Socialismo. Entre 2005 y 2008, los de “Rumbo Propio” planteamos una salida liberal para Venezuela, comenzando por la autonomía de las regiones, como en España pero sin socialismo regional; más bien al estilo de China: “un país, dos sistemas”. Fuimos salvajemente aplastados por la “oposición” de Rosales, su mafia, los chicos bonitos de Primero Justicia, el canal Globovisión y el coro de prensa antichavista. Vimos lo que pasó con Rosales en 2006; sin embargo, después de esa fecha siguieron el cerco contra nosotros. “Nada de liberalismo”, decían. Y después hicieron lo mismo con la ODLV y el MDL. Lección 1: La oposición no aprende.

2. Unitarismo. “Primero hay que salir de Chávez”, decían. “Para eso se requiere la unidad”, decían. Se negaban a ver algo muy simple: el comunismo es un socialismo “duro”, y se le combate con capitalismo, no con socialismo “blando” o “terceras vías mixtas”. Si a la gente empobrecida se le deja pensar que el socialismo no es lo malo, entonces lo quiere todo, entero y ya mismo, de modo radical; y si se le deja entender que el capitalismo es lo malo, entonces no quiere nada, ni un poquito. Puesta a elegir entre socialismo duro y socialismo blando, vota por lo más duro que encuentre. En este sentido la gente es consistente. Por ese camino Chávez jamás saldrá del poder mientras viva. Y cuando muera, entonces los chavistas aprendidos heredarán “el sistema”, y lo manipularán a su antojo. Lección 2: La oposición no razona.

3. Bipolarismo. Se quejaban de que Chávez “dividió el país en dos mitades”. No, no es así; en primer lugar no somos dos mitades sino tres tercios: el chavista, el antichavista, y el que no vota o ni siquiera se inscribe. Y en segundo lugar, si alguien hizo una división en dos mitades fue la oposición socialista, con su ciego, insistente y reiterativo “unitarismo”, y su consiguiente empeño en aniquilar una oposición liberal en Venezuela, para dar la impresión que son “ellos o Chávez”. Una y otra vez. Es repetitivo. Ya van cuatro veces: primero Salas Rohmer (1998), luego el Cte. Arias Cárdenas (2000), después Rosales (2006), y ahora Capriles (2012). ¿Who’s next? (2019, 2025… y contando.) Lección 3: Es verdad, “Hay un camino”, el de ellos, “somos el mal menor”; y conduce a la derrota. Pero también hay otro camino: el del capitalismo.

4. Mayoritismo. “Somos mayoría”, decían. “Si perdemos es por fraude”, decían. Veamos. En primer lugar, Chávez no gana por el fraude sino por el abusivo ventajismo de todos sus programas sociales (“Misiones”): sus limosnas efectivas para algunos, y sus promesas de limosnas a futuro para el resto. Si prometes “no quitar las Misiones” entonces no esperes que millones de venezolanos amarrados a su mendruguito voten por ti, porque vale más lo seguro que lo probable. Y también vale más el original que la copia. En segundo lugar: una dosis de trampa la hay en toda elección, hasta en EEUU incluso; la cuestión es cuánta, qué magnitud. Y hay que ser consistentes: si crees que la trampa es demasiada, entonces vas a la abstención; sólo si crees que el fraude es tolerable, entonces llamas a votar, pero después no te quejes. Lección 4: La oposición es incoherente y contradictoria.

5. Triunfalismo. “Vamos a ganar”, decían. “Chávez ya salió”, decían. Y con estas muletillas los socialistas “blandos” acallan toda manifestación de disidencia, se cierran a cualquier cuestionamiento, y se niegan redondamente a revisar sus políticas y sus supuestos, sus clichés, sus estrategias y sus mensajes. De ese modo nos imponen una segunda tiranía, tan férrea o más que la de Chávez. Lección 5: La oposición es feroz con sus disidentes.

6. Estupidismo. Bobería, pura y simple estupidez. ¿Cómo hacen todo un “issue” de la gorrita? ¿O de una supuesta o real línea de parentesco de Capriles con Bolívar? ¿Hasta cuándo “Simón Bolívar”? Hay que tener el cerebro bien fundido. O suscribir el mito de Bolívar, que la oposición comparte, como todos los otros mitos socialistas que acabaron con Venezuela. Sobre todo el mito de la abundancia del Petróleo. Chávez no “reparte la riqueza petrolera”, porque no hay tal riqueza fabulosa que alcance para todos, hasta para “regalar a los extranjeros”, como corea la oposición. Alcanza para los nuevos ricos bolivarianos, pero nada más. De resto, la abundancia que hay es de ranchos de lata, madera y cartón. Mitología es lo que reparte Chávez, puros sueños y promesas basadas en esas leyendas mitológicas. Y también la oposición, con el mismo estilo sentimentaloide y emotivo. Lección 6: La oposición forma parte del mismo Matrix.

No obstante, el factor de mayor peso en la derrota del 7 de Octubre es este: todo lo anterior no son sólo errores o creencias equivocadas. Hay algo más: en realidad la oposición no quiere ganar. Porque no sabría qué hacer en el gobierno y con el chavismo en la oposición, que volvería al poder a los pocos años, como los sandinistas en Nicaragua, pero más rápido. Por eso es que la oposición actual sólo quiere conservar “sus espacios” en el sistema: sus gobernaciones y alcaldías, sus curules en la Asamblea, sus puestitos, sus contratos y subcontratos. Más nada. Lo demás no les interesa.

Y la lección más dura es la que siempre repito; Lección 7: Sin otra oposición, no habrá otro gobierno.

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